Su amistad no se vende ni se compra,
se recuerda y conmemora.
Conocerlas ha sido un regalo en el camino,
que no muere en el tiempo ni el olvido.
Su amistad se asemeja a una receta de cocina,
tiene sabor a dulzura, colores y textura.
Conocerlas marca el alma y los corazones,
sus locuras y juegos siempre llenan de emociones.
Por, Tatiana Castillo
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