Tristes y dolidas están las almas
Los corazones grises y arrugados
¿Acaso el dolor no tiene compasión?
¿Acaso el fracaso no mide sus pasos?
La desdicha dicta conjuros en los días nublados
hace alianza con la noche y los caminos solitarios
la violencia está a la puerta y se acerca apresurada
para llenar de lágrimas e impotencia las miradas
Y los disparos se encienden sin calma
No consideran edades, prudencia, ni esperanza
La juventud no es garantía de vida ni de sueños
En un territorio de conflicto y corazones desechos
La memoria social parece envejecer
Con alzhaimer se contagian los recuerdos otra vez
El dolor ya no es suficiente para impulsar revolución
Los muertos no motivan ya los cambios ni la unión.
Por, Tatiana Castillo
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