Qué lindo sería que los hombres pudieran pensar en los referentes de cuidados, en las manos de sus abuelas. No solamente en los referentes masculinos de protección o proveeduría. Qué mágico sería si los hombres que quieren cuidar recuerden los remedios con plantas de sus madres. Los bailes y juegos de sus tías. Las sonrisas de las abuelas, la cocina llena de amor. Cuidar no es sólo jugar con los niños, cuidar es la intuición que surge de la raíz más profunda de supervivencia, cuidar también es el silencio y dejar ser en soledad, cuidar también es poner de primero al otro, a la otra. Cuidar es lavar la ropa, cuidar es abrazar con ternura.
Suspiro pensando en hombres que cuando empiecen a cuidar, recuerden a sus abuelas, a sus mamas y a sus tías, las llamen y les pregunten secretos de cocina. Esa si sería una revolución!
Por, Tatiana Castillo
Comentarios
Publicar un comentario